En 2020, los alimentos basados en plantas verán su ola de innovación. La creciente conciencia de la influencia de cada individuo en la salud, la sociedad y el planeta está impulsando un consumo inteligente y consciente. Las personas están creando su propia historia a través de las cosas que comen y beben, ya sea a través de las redes sociales compartidas o el sentimiento de inclusión en varias “tribus” alimentarias.
Buena parte de este resultado ha sido el boom de la inversión en startups de proteínas alternativas o alimentos innovadores , -especial mención a Beyond meat y Imposible Burger.
El segmento food tech parece disfrutar de buenas proyecciones hacia el futuro. Por ejemplo, hay un grupo de startups que se está beneficiando de la fuerte tendencia a comer en el hogar, (por primera vez desde 1994 la cuota de estómago de los restaurantes a disminuido frente al consumo en casa) que beneficia tanto a las soluciones de meal kit, food delivery o e-grocery.
Existen puntos determinantes que son tendencia hoy en día, uno de ellos es la transparencia alimentaría, que es esencial a la hora de tomar una decisión sobre la compra de un producto La era de la tecnología conlleva que los consumidores tengan acceso a más información que nunca, incluida la forma en que se obtienen los productos, el impacto en los animales y en la tierra, los trabajadores, etc. Esto está provocando que las marcas estén llamadas a construir una cadena alimentaria más igualitaria y equitativa. Los consumidores demandan productos hechos con transparencia y propósito.
Sostenibilidad
Las demandas del consumidor vienen unidas a una creciente preocupación por el impacto ambiental de la agricultura, las fábricas, etc; de ahí que busque una transparencia total en toda la cadena de suministro y que se muestre en el producto o su etiqueta.
Alimentos funcionales
La salud digestiva es un tema candente que está cada vez más relacionado con otras áreas de la salud, incluida la salud cognitiva. La cognición y la salud mental serán un área de enfoque para muchos, incluidos los consumidores que luchan contra el estrés, la ansiedad y las dificultades para dormir y concentrarse.
Y por último y no menos importante, La experiencia. Según GlobalData, el 60% de los consumidores dice que están centrados en la experiencia y no en el producto. Como tal, vivimos en una economía de experiencia donde el valor de los alimentos y bebidas incluye algo más que el sabor. Cualidades como la textura y el aroma se han dejado a veces aparcados y llega el momento de innovar en ello.
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